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GOYA: "Dos viejos" (Época Negra) |
UN POETA: CHARLES BAUDELAIRE, abriendo camino a la Poesía Moderna (1821-1867). Libera a la poesía de reglas métricas, abandona las formas del pasado para mejor poder revelar lo que oculta el universo (Simbolismo), con un lenguaje nuevo, atrevido, de una gran osadía en el tratamiento de los temas.
UN TEMA: EL PASO DEL TIEMPO.
Una invocación trágica contra la erosión
destructora del tiempo, contra la invasión de la vejez. En esa dualidad simultánea e inevitable baudeleriana, junto a la Vida, la Muerte; junto al placer, la decadencia sensual, junto
a la dicha la desdicha: la decrepitud.
UN POEMA:
LXXXV. EL RELOJ ("Las Flores del Mal")
¡Reloj!, dios siniestro, espantoso e implacable,
cuyo dedo amenaza y siempre dice: “¡Acuérdate!”,
muy pronto y lo mismo que en la diana, en tu pecho
aterrado irán a clavarse los vibrantes Dolores,
hacia el horizonte huirá el vaporoso Placer
igual que una sílfide por un largo corredor;
cada instante te devora trozos de ese deleite
que a los hombres se otorga para toda su misión.
Tres mil seiscientas veces cada hora el Instante
susurra: “¡Acuérdate!”; y el Ahora proclama
con su voz de insecto, “soy el Antaño, y nunca cesé
de chuparte la vida con mi trompa inmunda!
¡Remember! ¡Acuérdate! ¡Esto menor! (todos
los idiomas habla mi garganta de metal).
¡Los minutos, oh pródigo y locuelo mortal, es ganga
que no debe perderse sin extraer todo el oro!
Acuérdate que el tiempo es jugador ávido
que sin trampas gana siempre, así es la ley.
El día declina; ya viene la noche, “¡acuérdate!”,
sediento está el abismo; y la clepsidra se vacía.
Se acerca el momento en que el azar divino, y
la augusta Virtud, tu esposa aún virgen, y también
el Arrepentimiento (¡ay, la postrera morada!)
te dirán: “¡Muérete ya, viejo poltrón, ya es hora!"
cuyo dedo amenaza y siempre dice: “¡Acuérdate!”,
muy pronto y lo mismo que en la diana, en tu pecho
aterrado irán a clavarse los vibrantes Dolores,
hacia el horizonte huirá el vaporoso Placer
igual que una sílfide por un largo corredor;
cada instante te devora trozos de ese deleite
que a los hombres se otorga para toda su misión.
Tres mil seiscientas veces cada hora el Instante
susurra: “¡Acuérdate!”; y el Ahora proclama
con su voz de insecto, “soy el Antaño, y nunca cesé
de chuparte la vida con mi trompa inmunda!
¡Remember! ¡Acuérdate! ¡Esto menor! (todos
los idiomas habla mi garganta de metal).
¡Los minutos, oh pródigo y locuelo mortal, es ganga
que no debe perderse sin extraer todo el oro!
Acuérdate que el tiempo es jugador ávido
que sin trampas gana siempre, así es la ley.
El día declina; ya viene la noche, “¡acuérdate!”,
sediento está el abismo; y la clepsidra se vacía.
Se acerca el momento en que el azar divino, y
la augusta Virtud, tu esposa aún virgen, y también
el Arrepentimiento (¡ay, la postrera morada!)
te dirán: “¡Muérete ya, viejo poltrón, ya es hora!"
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Spleen e Ideal. CARLOS SCHWABE. | . |
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ODILÓN REDÓN |
"Las Flores del Mal"
Mariajosé Sangorrín
Mariajosé Sangorrín