Silencio, ¿ por qué guardas
el dolor de las horas
tras palabras oscuras
que no encuentran su rumbo?
Silencio, para qué
huir del tiempo,
lamentar lo callado,
estrujar lo vivido.
Silencio, escuchar
los sollozos del viento,
el estruendo del alma,
los clamores confusos.
Silencio, ¿cómo llegas
al manantial de luces,
al refugio de un latir,
a la noria de cristal?
Silencio, no dudes
en descubrirme
la mirada marchita,
las ilusiones dormidas.
Silencio, no me siembres
las risas empañadas,
el equilibrio descompensado,
el pensamiento herido.
Silencio, déjame atrapada
en las campanadas de la vida,
creciendo y aprendiendo
de mi silencio.
Alicia Gómez de la Maza .