Esta mañana
al volver al mundo,
en la mesita de noche
descansaba escrito un sueño.
al volver al mundo,
en la mesita de noche
descansaba escrito un sueño.
En sus letras,
una y otra vez,
repetía el color de tus ojos,
tu miel,
la silueta de tus provincias,
tu esencia
y tu río sin navegar.
Las excusas
de aquellos peregrinos
que abandonaron tus aguas
y el galopar
de un corazón tartamudo.
Hablaba
de tu último abrazo,
del nudo en la garganta del huracán
que formaron nuestras manos
y de las raíces que no echamos
en nuestro breve caminar.
Francisco J. Blasco
(Del Cuaderno #2 de Poetas sin sofá)
Realmente tan hermoso como falso. Si alguien escribe de verdad un sueño, lo escrito carece de lógica y este poema rebosa lógica de amante enamorado.
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