Desahucia sin piedad, no te
detengas!
¡actúa sin mirar!... no tienen rostro
aquéllos que pedían sólo
un techo,¡actúa sin mirar!... no tienen rostro
sin saber que les metían la perpetua.
La calle les espera y otros bancos
con alma, aunque madera sea su cuerpo;
con sangre, aunque sean de frío hierro…
amables bajo el sol y las estrellas.
¡Malditos los despachos con sonrisas!...
que brindan con burbujas de cianuro,
matando de raíz las ilusiones
de vidas rebosantes de esperanza,
que de la libertad pasan a esclavos
del monstruo capital, rey de la usura.
Ximo González
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