Sin gritos, sin moraos
Tampoco
las lágrimas
Hacen
acto de presencia
Impotencia
Solo
vacío, miedo
Mi
autoestima mutilada
Escondida
Tras
los visillos de la cocina
Mi
cuerpo intacto
Sepultado
por la rabia
Esa
tan difícil de explicar y de entender
Estado
neutro
Convencida
de no tener vida propia
Desahuciada,
culpable
Destinada
al sufrimiento
Por
la cara
Creedme
No
hay peor tortura
Que
tu indiferencia
Tu
desprecio cabalgante
Y
tu juego equívoco
Morir
de día en día
Morir
en cada rincón
Sin
que nadie se percate del engaño
Víctima
de él
Tan
solo jueces y magistrados
Beben
los vientos por esta causa mía
Y
la de tantas otras compañeras
A
caballo de Mammon
En
las altas esferas
Ellos
sí saben a ciencia cierta
Para
qué y hacia dónde va
Todo
el dolor nuestro
Rosa Lluch
Rosa Lluch
25 noviembre 2014
¿Lo saben?, puede
ResponderEliminar¿Lo ignoran?, seguro.
¡Bravo! cada día sois mejores
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