miércoles, 12 de agosto de 2015

NINGUNA LLUVIA



No me puedo arraigar a ninguna lluvia.
Un día casi me acostumbro al vuelo de los pájaros.
Eso me sacudió de tal manera, que cambié
de ventana. Las ventanas suelen ser traicioneras.
Abrí la puerta por si acaso hubiera huellas
digitales en la aldaba. No quise seguir los pasos
de los peregrinos. No quise llegar a ninguna
parte. Ni quise encontrar nada.
Sólo sé que ese es mi destino.
No me puedo quedar en la arruga
de un solo corazón, ni en el latido
de un solo dedo. No me puedo quedar
en la misma calle, ni en el zaguán del aroma.
Busqué ciudades sin nombre, rostros
sin apellidos. Los cinceles se pierden.
Seguiré buscando la inocencia de la lluvia
.


                                      
Ivonne Gordon Carrera

(Cuaderno de Poesía #6 de Poetas sin sofá)

 

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