Me acuno en un vidrio de aire.
Cada escarcha de insomnio es mi aliciente.
Converso conmigo misma rumores de larvas
hechas mariposas.
Escucho el signo de mi rastro, paracaídas
en descenso.
Desembarco sin tallo, sin frente, enlazada
en la alegría del humo.
La palabra crece en espigas conjugadas. La
palabra retoña.
Se nutre de naranjas dulces sobre la mesa.
Se arma de mediodía.
Mientras tanto,
me fugo en rayos alumbrados.
Nadie descubre mi escape,
nadie descubre
mi destino almidonado.
Ivonne Gordon Carrera
(Ecuador/USA)
Cuaderno de Poesía #8 de Poetas sin sofá
Cuaderno de Poesía #8 de Poetas sin sofá
Ciertamente, los rayos de luz iluminan tu poesía, Ivonne!
ResponderEliminar