viernes, 3 de marzo de 2017

CUADERNO DE POESÍA #9 "E". INTRODUCCIÓN



Las portadas de los Cuadernos "A" y "E" son obra de la pintora y                         diseñadora LEONOR  SEGUÍ.




                        INTRODUCCIÓN CUADERNO "E"


                                       Escribir

   
Escribo simplemente porque amo la vida –dirá Roberto Juarroz en el periódico parisino Liberación, poco antes de morir- (…) El lenguaje del hombre salta frente a la nada como una misteriosa presencia, cuando asume su mayor plenitud en el extremo de la condición humana”. 

Enheduanna, sacerdotisa acadia, poeta, sabia en estrellas. Mujer. Primera persona escritora de nombre conocido. Cantó a los dioses en la tierra de Ur, cuna de la escritura, hace cuatro mil años y las tablillas de barro y el disco de alabastro nos traen su espléndida voz:

           “Soy Enheduanna, la sacerdotisa de Nannar”

En los Misterios de Eleusis, Deméter llora y busca a Coré durante 9 días. Es el peregrinaje que todo buscador debe llevar a cabo.

8 países, 3 continentes, 36 poetas. De esta forma, desde el meridiano 0, paralelo 40 norte, Poetas sin sofá pone en sus manos y ante sus ojos el décimo Cuaderno de Poesía: Cuaderno 9, “E”. Diecinueve voces femeninas, diecisiete masculinas y el blanco, que actúa sobre nuestra alma como silencio absoluto, síntesis que rebosa poesía viva, como símbolo de la inocencia, la sinceridad, la esperanza y la buena fe con que han sido escritos los poemas que leerán a continuación.

Por ser el último número de la serie, representa el fin y el comienzo de un nuevo ciclo de germinación poética, con la magia que dan esas voces nuevas de niño y de loco.


En este sentido el Cuaderno 9 representa el penúltimo estado de una evolución que se complementa en el 10, que es 1 y, por tanto, fin y principio a la vez.


                           E, blanco

Se cree que la E tiene origen cuneiforme, más concretamente, del alfabeto ugarítico (Ugarit, N. de Siria), y procedería de un signo de tres trazos horizontales y extremos en cuña, representando una ligera aspiración, el alma o el espíritu humanos.

En la escritura jeroglífica egipcia representaba alegría o regocijo, por la figura de una persona con los brazos extendidos hacia el cielo, en actitud de adoración. Los fenicios, posteriormente, esquematizaron esta figura con una línea vertical cortada por tres horizontales que apuntan a la izquierda. Los griegos, más tarde, la adoptaron dándole la forma actual de E mayúscula. La minúscula nació siglos después, buscando mayor comodidad y rapidez de escritura.

La E es, después de la a, la vocal más frecuente en el español, con un 11’75% de presencia. En el diccionario académico hay recogidas 7.174 entradas con palabras iniciadas con esta letra, con un 8’15%.




(…)E, candor de vapores y de tiendas

lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, umbelas que tiemblan”

En el color blanco encontrará Arthur Rimbaud la correspondencia entre ser humano y naturaleza, en la vocal E de su soneto Las vocales, y  Malevich la pureza y culminación del Suprematismo en el “blanco sobre blanco” de su obra pictórica.


                                         ooOoo



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