Son esos días que caen
al borde del tiempo
y mueren y germinan
entre guijarros de indiferencia
y abrojos de desasosiego.
Días que pasan sus horas
bordando con hilo negro
sobre el blanco pañuelo del alma
todos los monstruos del sueño.
Pasan por nuestro lado
sordos, mudos y ciegos,
nos ignoran, se nos burlan
y nos apartan con desprecio.
Son esos días que parece
que hayan nacido muertos,
que no se mueven, no respiran,
que se pudren en su lecho.
Y cuando pasan los años
vemos que resucitan,
se levantan poderosos
imponiendo su presencia
para siempre en el recuerdo.
Manolo Benages
(De Cuaderno de Poesía #3 de Poetas sin sofá)
(De Cuaderno de Poesía #3 de Poetas sin sofá)
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