Emotivo homenaje al gran Antonio Machado en el 75 aniversario de su muerte.
Todo
pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar
Soledad
Benages nos condujo por los paisajes y caminos,
amores y soledades, sueños y
tragedias, que jalonaron la vida del hombre y del poeta.
Y en nuestras voces sus
versos, una vez más y siempre, para que
no se apague el canto de las viejas horas.
Arantxa Esteban, "El viajero" |
Manolo Benages, "Retrato" |
Mariajosé Sangorrín, "Soneto a Guiomar" |
Alina Paz, "Yo he visto mi alma en sueños" |
Julio Alcalá |
Tony Calix, "Una noche de verano" |
Pilar Bellés, "Parábolas" |
Amparo Andrés |
Enric Alicart, "Recuerdo infantil" |
Juana Soto, "Los olivos" |
Rosa Lluch, "Y estas palabras inconexas" |
Merxe Ripoll, "La muerte del niño herido" |
Ximo González |
Pilar Espinosa, "Hastío" |
Vicent Camps, "Las moscas" |
Guillermo Fernández |
EL CRIMEN FUE EN GRANADA
A Federico García Lorca
1. El
crimen
Se le
vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
2. El
poeta y la muerte
Se le
vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
3
Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
Fue un olor especial
ResponderEliminarHumilde homenaje a D. Antonio Machado
en el 75 aniversario de su fallecimiento.
Era tan natural, al volver a Soria,
sentir con gran intensidad
tu contundente ausencia
al pasear hacia San Saturio,
que esa festiva jornada meditando
junto a los inmortales álamos
decidí resolver el misterio.
Fue junto al olmo centenario,
que aún reverdece agradecido,
donde noté ese perfume especial
que delicadamente reconocí
como la virginal esencia del amor.
Así olía esta invernal Castilla;
así debió olerte la niña Leonor.