No sé si existes,
pero te noté tan presente
que pude tocarte.
Allí donde todo es intocable,
donde las puertas se cierran
y todo se vuelve negro como la muerte,
te sentí tan transparente
que las ventanas de mis ojos
te rozaron lentamente.
Con la seda de mi piel
me presenté a tus manos sin prisa,
ella buscaba entre innumerables esbozos
mientras era esclava,
sobre el raso de tus labios.
Y en este momento,
tan cristalino como un beso azul,
sé,
que no fuiste un sueño
sino las madrugadas de un perfecto mes de abril,
donde pude tocarte.
Silvia Savall
Cuaderno de Poesía #5 de Poetas sin sofá
Cuaderno de Poesía #5 de Poetas sin sofá
No hay comentarios:
Publicar un comentario