Ese sangrar
lento ausente
vocifera sin pausa la vida
penitente la lucha
es el camino
el dolor su penitencia
la libertad vida sin tregua
que asfixia a los degenerados
sumergidos en el poder
Una luna
creciente
se levanta en tu nombre
rodeada de sombras
está esa noche vacía
Una luna sangrante
se alza en nombre de los
injustos
acorralada la justicia
no le toca otra que aguantar
o morir
Una voz silente
surge del desierto
miles de gargantas madre se
alzan
en plena oscuridad derrumbe
el polvo muerte desgarra sus
entrañas
no hay silencio no hay dolor
solo el vacío
con los vientres vacíos
vagan por las calles sin nombre
ensangrentadas sus manos
ensangrentados sus cuerpos
de hijos con olor a tiza
Verdad y vida
peregrina
que mendiga valor y fuerza
por esas calles fuego
esas risas mueca
esas manos negras de cenizas
esas lágrimas pegadas
antes de salir
fuiste bueno y honrado
amante tierrno y comprensivo
aún en la lucha
siguiendo tu camino
vuelves al océano
al mar que te devuelve la vida
poeta libre
poeta en lucha
poeta muerto
¡poeta!
A Miguel Hernández
ROSA LLUCH
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