A todos los maestros y maestras
Las últimas noticias nos llegan
y nos hieren el alma,
¿qué pasa con lo que hacemos?
¿Cómo es que nadie lo ve?
Somos maestros
y maestras
llevamos años educando,
creando buenas personas,
sonriendo y mimando.
Gracias a nosotros y nosotras
miles de niños aprendieron
a vivir en respeto y tolerancia,
valores y responsabilidad.
Ocurrió un desgraciado incidente
y, de pronto, todo parece estar mal,
nos quedamos sorprendidos e impotentes,
vacíos, ante la terrible realidad.
Las noticias nos avasallan
y no sabemos qué hacer,
nadie se atreve a gritar
lo que, ya, está en el ambiente.
Ya está bien de noticias de desánimo,
ya está bien de descalificarnos,
somos muchos los que no estamos
de acuerdo, y nos callamos,
tal vez porque no nos atrevemos
a decir lo que pensamos.
No estamos quemados
ni vamos a huir,
nos gusta nuestro trabajo
y vamos a seguir.
Somos felices educando
y nos sentimos recompensados
con la sonrisa de nuestros alumnos
por los que cada día nos desvivimos.
Educaremos a los futuros ciudadanos
con ejemplo de valores y responsabilidad,
no somos débiles ni nos rendiremos
seremos fuertes ante la adversidad.
Somos maestros y maestras
que estamos orgullosos de educar
somos padres y madres
que enseñamos a nuestros hijos a respetar.
Ya basta de noticias deprimentes
y comencemos
a actuar,
ya es hora de enseñar a nuestros hijos
a ser respetuosos con la autoridad,
no miremos hacia otro lado
que eso tiene que pasar por nosotros
hemos de ser respetuosos y hacernos respetar.
Ya está bien de intolerancia,
ya está bien de callar la verdad,
si hay treinta manzanas sanas
¿cómo es que sólo ven la que salió mal?
Los padres no debemos olvidarnos
de la gran labor de educar,
hay que poner normas en casa
y saber decir que no,
que nuestros hijos tengan límites
que no puedan traspasar.
Educar no es sólo tarea del maestro,
el respeto comienza en casa,
educar es tarea compartida
de familia y colegio,
para ello debemos apoyarnos
en lugar de enfrentarnos.
La labor que hacen los maestros
no la debemos olvidar,
pero debemos apoyarla en casa
para que llegue a funcionar.
Ya está bien de callarnos
y vamos juntos a gritar:
¡queremos educar con alegría,
respeto y responsabilidad!
Ya está bien de buscar defectos
y como padres vamos a valorar
el gran trabajo de los maestros
y aceptar nuestra responsabilidad.
El día que nuestros hijos crezcan
no recordarán la adversidad,
sino la sonrisa del maestro
que le enseñó a triunfar.
Gracias maestro por tu sonrisa,
por tu paciencia y tolerancia,
gracias por haberme enseñado
que el mundo es maravilloso.
Ante los últimos acontecimientos
padres, madres, niños, personas en general
todos juntos, vamos a gritar:
¡gracias por tu trabajo, maestro!
Gracias por tu trabajo, maestro,
por tus cuidados y tu sonrisa,
yo era un ser pequeño e indefenso
y tú me diste ilusión y esperanza,
ahora que yo soy maestra también
procuraré seguir tu ejemplo,
¡gracias por tu trabajo, maestro!
Pilar Bellés
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