Adormecido recibo a ese rayo de sol
que me perturba,
transgredo la lógica y me abandonoque me perturba,
en la intransigencia de la pereza,
junto a las sábanas impregnadas
de mi insomnio esbozo la mueca
de la indolencia.
Tal vez la noche sea mi ecosistema
natural, las sombras me amedrentan
menos que la luz de los hipócritas.
Cierro los ojos, se desvanece el tiempo
y, en la almohada, mana el poema de la huida.
Fran Picón
Cuaderno de Poesía #9 de Poetas sin sofá
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