domingo, 21 de octubre de 2018

EL VACÍO INVERSO. Poema de ROBERTO BECERRA.


 Después de todo solo a eso venimos,
desde esta marcha interminable,
desde este zócalo en el cielo,
a construir nuestras tumbas y desvelar aquello
que por nuestra vida ha sido un secreto,
pues al fin y al cabo,
cuando todo llegue a su fin,
solo quedará nuestro cuerpo fundido con la llanura,
y un silencio mortal entre las hojas y el viento.
 
Perdido estuve una vez,
y entre el pasto y las flores,
encontré el fresco aroma de los pinos,
los pequeños tallos en mis manos eran como una forma de mi sueño,
y sentado en la piedra,
pensé tenerlo todo,
como si en el viento que atravesaba el río,
el mundo mismo transcurriera una y otra vez,
como la luna que en su carrera por el cielo se despedía de mí
sin saber yo mi nombre o mi pasado,
entonces salté para llegar al cielo y tocar lo infinito,
me detuve en su profunda inmensidad,
y atrapado entre estrellas murmuré una canción,
brillando entre la oscuridad descendí,
y abrí un espacio entre la madre tierra,
donde deposité mi cabeza para llenarla de recuerdos,
pues mi corazón era grande,
como las raíces que me cubrieron del frío,
uno se olvida de quién es sin quererlo,
y entre el olvido y la distancia
sencillamente cerrar los ojos.


       Roberto Becerra  (Honduras)

                       Cuaderno de Poesía #10 de Poetas sin sofá





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