viernes, 8 de mayo de 2015

UNA TARDE CON BEGOÑA ABAD



Dice que no es poeta, que es “la que escribe, sin etiquetas”. En cambio afirma que “está poeta”, que es solo “una herida que habla”, que poeta es “una manera de estar sobre la Tierra”. 

Sabe conjugar la cotidianidad y el vuelo.
Consciente de que cuanto realice en su vida “será insignificante, pero es importante que lo haga”.
Que cada día “aprende a desaprenderse”. Que solo “a través de la solidaridad, del amor, se puede salir de esta guerra, taimada, en la que vivimos”.


Esta mujer hermosa, inmensamente humana, espontánea y profunda, sencilla y fuerte, transparente, tan cercana, nos ha hecho sentir, aun sin pretenderlo, que sus versos, su palabra, contienen las palabras de todos y toda la poesía del mundo.


Con VICENT CAMPS, presentador del evento.




BEGOÑA ABAD



  De “Cómo aprender a volar”

                                               Poesía y dignidad

Voy a cumplir sesenta años.

De los sesenta, más de cuarenta
sólo era eso que en el DNI 
ponía: de profesión, sus labores.
Los últimos catorce
he trabajado de portera
en una finca urbana.
Cuando friego, lo hago con dignidad
y cuando termino la tarea,
en ese mismo lugar,
escribo poemas
para defender la dignidad
de los más invisibles,
por si los que la perdieron
entre visas oro y el brillo del poder
quieren hacerles creer
que no tienen derecho a ella.
Cuando miro a los ojos,
cuando hablo, respiro o lloro,
lo hago también con dignidad





                             De “La medida de mi madre”



No sé si te lo he dicho:

mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta 
donde poder querernos.
 

En Chez Lyon, Valencia


 

De “A la izquierda del padre”
 
Nos han quemado en la hoguera del difunto marido.
Nos han alejado por impuras.
Nos han condenado a los trabajos más duros.
Nos han bajado de la peana de diosas
dividiéndonos en dos dioses varones.
Nos han lapidado por adúlteras.
Nos han etiquetado como débiles mentales y físicas.
Nos han utilizado como esclavas del hombre.
Nos han vendido o cambiado por ganado.
Nos han condenado y mutilado.
Nos han violado como carne sin alma.
Nos han hecho creer que agriamos el vino,
secamos las semillas y oxidamos los metales
Nos crearon de la costilla de varón.
Fuimos causa de los males de la tierra.
Nos han impedido decidir si queremos o no ser madres,
y a la vez nos han esterilizado sin permiso
como modo de detener la pobreza
y salvar así el culo del político de turno.
Los varones que lo han hecho y los que lo han consentido,
han olvidado que nacieron de mujer, inevitablemente.






Último poemario de BEGOÑA ABAD "Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la Tierra)"
y Cuaderno de Poesía 5 de Poetas sin sofá


De “Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la Tierra)”


El gran amor con el que me enseñaron a soñar desde niña, salvador de toda soledad y angustia terrenal, no existe.

Una verdad tan dramática y letal sólo se asume una vez en la vida, y a partir de esa nueva estación cada fragmento de amor que se derrama es un caleidoscópico asunto que tratar. Es un termómetro roto cuyo líquido se esparce y se divide en gotas inaprensibles.

Y el gran amor se encuentra al fin en lugar tan sencillo como las propias manos trabajando afanosas en el cuidado de ese descubrimiento.
 
Begoña Abad con Mª  José Sangorrín y Soledad Benages


En Valencia, 3 de mayo de 2015

Mariajosé Sangorrín

No hay comentarios:

Publicar un comentario