Espacios infinitos que duermen
en sosegada penumbra
se desdibujan como nieblas
perdidas en un valle,
como un lejano lamento
se diluyen en la atmósfera
y sólo queda el eco
reflejado en las pupilas
del que espera.
Sensaciones lisas como esferas,
tenues, suspendidas en las cejas,
aguardan turno
para deslizarse por el tiempo
hasta convertirse en recuerdo.
Arropada por el vacío
dormita la tristeza;
que pase de puntillas la esperanza,
que no la despierte, que duerma.
Que el ángel-olvido de tu imagen
en sacra hoguera
haga arder la memoria
y esparza las cenizas
hasta anegar el recuerdo.
Como flores enfermas,
nacerán sonrisas entre mis dedos.
Anidarán lejos de ti mis lágrimas
y tus ojos ya por siempre
dejarán de serme eternos..
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