Aún recuerdo aquella casi misteriosa presencia en un vagón de tren
Noviembre, memoria y luz,
Uniría los caminos
Entre la historia y la poesía.
Sabios fueron los astros
Tendiendo puentes a los senderos
Repletos de ilusiones compartidas.
Otros amaneceres traerían sueños y complicidades
A lo largo de tan escasos días...
-Más allá de los sentidos está la permanencia
Inquebrantable de la amistad-.
Guardaremos, tristes, un golpe aciago:
¡Odio al destino verdugo,
Causa de la destrucción de aquel lazo entretejido!.
Hundidas las manos en la ausencia,
Iniciemos un canto de alborada;
Metáfora de esperanza, constancia de poesía.
-Otoño de luz tornasolada
como un canto a la vida.
Para Ximo, en su cumpleaños. Desde una evocación a la fugacidad del instante que nos trajo luz y ansia de poesía.
Un acróstico bien merecido al especialista del grupo en la composición de acrósticos.
ResponderEliminarEl encuentro, el compartir ilusiones y sueños, el golpe fatídico del destino. Se convierte en poesía, alborada y vida.
Bello y conmovedor poema.