Desayunar
con la amargura de la naranja
hacerme una infusión de pensamientos
y disolverlos con terrones salinos de la verdad.
hacerme una infusión de pensamientos
y disolverlos con terrones salinos de la verdad.
Cucharear tres veces a la derecha
una sola hacia detrás,
y donde los otros en su poso ven futuros,
plantar el abono de una piara de margaritas
con el sabor edulcorante de una lágrima natal.
Y trasladar la herrumbre de las tostadas,
apartarlas y despedirlas junto al abismo,
del mantel de metal.
Y en los sorbos de otro tiempo
con la compañía de un cielo de espejos
retirar las migas
depositándolas en el cajón de la eternidad.
FRANCISCO
J. BLASCO
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