lunes, 19 de mayo de 2014

UN POEMA DE ZHIVKA BALTADZHIEVA



Bombas que se montan en tres horas,
plásticos
que no se descomponen en mil años,
turbulencias financieras,
avances que acaban con las ratas, los mosquitos,
los ciervos, las urracas, las lenguas minoritarias

y el ser humano.

Mareas, terremotos, cielos en tonalidades frías,
reactores nucleares fundidos,
zozobra. Las lajas de pizarra brillan y las pantallas
de las oficinas portátiles
elevan el calentamiento global y la radiación.

Las casas blancas de los días despacios
con sus ribetes de antaño en puertas y ventanas,
amarillos o añiles,
que ahuyentan los malos espíritus y las moscas,
se descomponen y diluyen sin rastro
en la confusión de pólenes y CO2.

¿De dónde césped mezquino y cielos estrellados
para tanta lápida sin nombre y sin lágrima?

Bajo el último almendro
las semillas de las palabras, patentadas
por MONSANTO,
dan plantas transgénicas estériles

de no-futuro.
                                               Zhivka Baltadzhieva
                                                           Del libro inédito Plan de vida.

(Cuaderno de Poesía #3 de Poetas sin sofá)

3 comentarios:

  1. El futuro no ha existido nunca, lo que no tiene perdón no es que nos lo roben sino que nos quiten la ilusión de imaginarlo a nuestro antojo.
    No queda nada poético esto de la poesía social.

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  2. Z. Baltadhzieva es para mí un referente en la poesía.
    La preocupación por todo lo humano, hacerse eco de los problemas sociales y medioambientales, denunciar y luchar por un mundo mejor, es asunto de todos, o sea, también de los poetas. Y la crisis ecológica global está en el presente y sobre todo en el futuro, muchísimo peor que la crisis económica en la que estamos inmersos.

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