Final de un día dorado embadurnado de enigmas
que vomitó la luz de soles aplastados.
Rompo mis nudillos golpeando una y otra vez
la sombra del destino.
El vacío del silencio merodea mis contornos
y en la tristeza solitaria de la noche
sólo oigo un tenue lamento que llega
tras la caída del pétalo
roto aliento
sobre el frío cristal
del tiempo.
En Palenque, 29 de julio, 2007
Soledad Benages
bellisimo poema , un besin de esta asturiana .
ResponderEliminarViviste ese día "dorado" tan mimetizada en sus misterios, tan intesamente recorrió tu geografía el calendario de los soles,
ResponderEliminarque su final, y el tuyo, se precipitaron inexorablemente al cataclismo,
al final de una era o al final de los tiempos.
Esto es lo que me sugiere.
Tu poema aúna fuerza expresiva e imágenes delicadas, sutiles y bellas.
"...tras la caída del pétalo
roto aliento
sobre el frío cristal
del tiempo."
¡Qué belleza!
Es un poema con mucha fuerza.
ResponderEliminarQué poderoso todo el poema. Y esto: "Final de un día dorado embadurnado de enigmas
ResponderEliminarque vomitó la luz de soles aplastados"...¡Chapó! 1 gran abarazo
advienen ganas de abrazarte
ResponderEliminaren dos palabras
abraza arte