I
Otra vez los recuerdos
al otro lado de la frontera.
Mis ojos se deslizan
para ocultar las lágrimas
detrás de los árboles.
Los tuyos se quedaron
llorando al otro
lado de la línea.
Nueve años no es
suficiente.
Cuatro vocales
y cuatro consonantes
componen algo más
que tu nombre.
Hoy no hay fronteras.
La línea divisoria
es ahora un mar Mediterráneo
donde las lágrimas
se ocultan en las ventanas
de grises edificios.
II
Tengo una tarde profunda.
Sin horas.
Sin minutos.
Sin tiempo.
Donde el presente
plasma en papel
uno, dos, no importan
el número de recuerdos,
sensaciones que dibujan
imágenes tristes y ausentes,
diapositivas mentales
profundamente grises,
extrañamente blancas.
En ocasiones
suspirar duele.
Y el olor a tierra mojada
obliga a tragar con dificultad
esa nube de recuerdos.
III
Qué haremos
si la vida nos coloca
otra vez
en los extremos de una línea.
Quién dejará caer
la primera lágrima.
Quién la primera sonrisa.
A quién le latirá el
corazón más fuerte
cuando callemos todo,
cuando digamos nada.
Tony Calix
De "Poemas ingenuos", ACEN, 2012
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