miércoles, 9 de febrero de 2011

AUSENCIA


Para encontrarme
he vuelto a la casa de piedra,
al abrazo rendido de la vieja butaca.

Húmeda primavera.
Culebrea la lluvia cristal abajo.
Apunta el final de la tarde.

Desde el florero chino,
lilas blancas derraman su perfume.

Releo los versos de Salinas.
Del tocadiscos fluye música de violines,
va impregnando la sala,
tapizada de sombras,
y se queda colgando
de los frágiles brazos de la lámpara.

Busco con la mirada
las huellas de tu ausencia.
Y, para no morirme,
silencio el tocadiscos,
dejo sobre el recuerdo una ofrenda de lilas
y, con solo los versos, abandono la casa.


María Diego

5 comentarios:

  1. Al leerte, me ha recordado un poco a mi propio poema Casa de sombras.
    Me gusta cómo vas haciendo que el lector se meta en esa misma habitación, mientras suenan los violines y llega el aroma de las lilas.

    Un beso, Mariela.

    ResponderEliminar
  2. a sido un placer sentarme alli entre lilas y versos

    ResponderEliminar
  3. Creas um ambiente que me impregna los sentidos, se respira, suena, te penetra, lánguido, delicado y nostálgico. De soledades. De búsqueda de uno mismo a través de sus recuerdos.

    Vuelves a la casa de piedra y esa expresión de tener que dejarla "para no morirme", me llega a lo más hondo. Sólo la Poesía te salva.
    O sentir desmayarse a los violines en los brazos de la lámpara...

    ¡Qué bonito poema! En su conjunto y en sus detalles.

    ResponderEliminar
  4. La sensibilidad de tu poema me ha trasportado a mi propia nostalgia, mezcla de anhelos y algun que otro pesar, todo tan intenso y real. Tienes el don de hacer sentir y soñar Mariela. Soraya.

    ResponderEliminar
  5. Bello poema he seguido tus versos y he sentido el adiós en la puerta.
    Tony Calix

    ResponderEliminar