A mi padre
Eres Bastión de mi nave
señalado por el dedo del azar.
Divina oscuridad en una noche estrellada.
¿Qué jazmín o qué madreselva
va a perfumar a partir de hoy
el recuerdo?
Soy velero que se mece entre olas
y navega hacia Itaca,
hacia un regreso en el tiempo
en busca de las sensaciones
-añoranza de perfumes y sonidos-,
de la inocencia, incontaminada,
vacía de riesgos y tropiezos...
a que sabe la infancia.
Eres mi brújula orientando a poniente,
cargando de soles y lluvias
la dilatada existencia,
marchita apenas, fértil todavía,
empapada de esperanza.
¡El amanecer es tan semejante a la puesta de sol!
Navegas en un firmamento envuelto en estrellas.
Radiante sol, estrella polar.
Tú, siempre presencia,
incandescente faro.
Permanece, permanece,
¡Oh, guía!, infatigable.
El mundo seguirá soñando
sus días inacabables,
mientras tu abrazo
dulcemente
acune el aire.
17-01-09, Mas d´ En Plana, L´Alcora
Soledad...Sole...Sol
ResponderEliminarBrillas con luz propia.
¡Qué maravilloso poema!
Te sitúa en ese firmamento de estrellas donde puedes tutearte con los grandes.
¡Qué hermoso homenaje a tu padre!