Y la herida que emanan
los ciegos cantores a su ombligo melifluo
con orgásmica baba
que tiñe de niebla y rotura
a los pobres marginales,
a los que ya han quitado la palabra
los de siempre su razón,
víricos corruptos bendecidos.
Con canto consumado o consentido
en su voz o su silencio.
Dulces versos de ignominia recreada,
banales ofuscados en su brillo propio.
Tantos siglos sumidos sin alma en el subsuelo,
vida al margen de la vida,
y estas décadas que hacemos todos
glorificando el ego selecto,
mirando el destello falaz
de un reino de inhumana oligarquía,
mirando a otra ventana
donde no hay esa verdad,
la mala estética de privación y mugre.
Enfermos atados siervos mujercarne niñoroto noletrados sinderecho genuflexos sumisocallados
comprados vendidos pobres lastrosos malvestidos limosneros desérticos...
Añade los nombres que sabemos callados en nosotros
abriendo tus ojos y el silencio.
Lúcidos cantores de ética miope
brillando sobre un río hedonista que no va al mar.
Qué bien escriben de sus flores muertas
alimentadas en raíces esclavas y afanosas.
Qué hábil su diccionario autopodado.
Qué poco poeta en tanto verso.
Pobres onanistas de palabras hueras.
El mundo tiene ahora más heridas.
Marcelo Díaz, febrero 2011
Madre mía, Marcelo...cuando tú escribes yo me estremezco.
ResponderEliminar¿Cómo se puede decir tanto, tan bien y, a la vez, tan poético?
Añado los nombres. Los tengo en mi mente. Oigo los gritos en mi cabeza.
La diferencia (cuántas veces lo hemos hablado) es que hay verseros y hay POETAS.
Como tú, querido Marcelo.
Y quien libre de este pecado ......
ResponderEliminarescriba el primer verso.
Es cierto: demasiadas heridas antes las que los poetas no pueden mostrarse indiferentes, anclados en actitudes de autocomplacencia hedonista.
ResponderEliminarTu poema vomita bilis, es un exabrupto que explota astillándose en calificativos hirientes desde los primeros versos.
Va intensificando esa sensación de amargura y rechazo y alcanza su clímax en una impactante serie de calificativos-denuncia de la explotación, marginación y miserias humanas. Interminable.
No podemos evadirnos e ignorarlo. El mundo siempre ha tenido demasiadas heridas.
La imagen que ha venido a mi mente leyendo tu poema es la del caballo del Guernica. Su boca abierta atravesada por una lanza me impresiona tanto como tus palabras.