LAS TARDES
No llegarán las tardes a contar su secreto azul.
Las sombras bailan entre naranjos.
Un roedor no cesa de hacer girar el mundo
y aún no ha acabado el día.
Esa manera de cerrar los párpados
descubre la derrota de las luciérnagas y espero
a que, en una de esas vueltas,
el sol recuerde que no vale la pena
tanta diferencia horaria.
Amelia Díaz, febrero 2011
Cada tarde, cuando huye
Hacia el Occidente azul,
Se lleva, envuelto en su tul,
Secretos que allí destruye.
Rueda, roedor, distribuye
A tu placer los horarios
En el mundo. Hay calendarios,
Naranjos y muchos soles;
Pero sólo dos faroles
Son mis guías lucernarios.
Ximo González.
LAS TARDES
ResponderEliminarNo llegarán las tardes a contar su secreto azul.
Las sombras bailan entre naranjos.
Un roedor no cesa de hacer girar el mundo
y aún no ha acabado el día.
Esa manera de cerrar los párpados
descubre la derrota de las luciérnagas y espero
a que, en una de esas vueltas,
el sol recuerde que no vale la pena
tanta diferencia horaria.
El poema es maravilloso, si usas como titulo las tardes, la atmosfera se universaliza. “ Las tardes….” Cuales tardes? Las de todos, sobre todo las del secreto azul.
Me gusta el pensamiento trascendente del tiempo sacado como algo natural desde lo cotidiano, donde ya apuntas contradicciones de situación, tamaño, el sinsentido de lo diario... Un gramo de dolor existencialista que minimiza al sol atribuyéndole tu propio deseo.
ResponderEliminarMarcelo Díaz
Ximo, ha sido un placer pasar esta "TARDE" contigo, trovador.
ResponderEliminarCuántas veces, dando vueltas por el mundo, he pensado en la Tierra como una gran casa, en que es el mismo sol el que nos alumbra a todos a la vez.
ResponderEliminarY aquella noche de agosto, tumbados sobre la tierra, contemplando el cielo, las estrellas fugaces de Trollstingen, que casi nos quemaban, eran las mismas "llàgrimes de Sant Llorenç" que estarían contemplando en Cálig.
Por qué, pues, tantas distancias, tantas sombras.
Estos recuerdos son los que me evocan vuestros bonitos poemas.
Un beso a los dos.
Si juegas a que la poesía es la economía del lenguaje pude ser que en algunos versos te sobren palabras.
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